martes, 31 de mayo de 2022

Carta para Francia y Petro desde la Alta Wajira

CARTA para FRANCIA y PETRO.
Desde la Alta Guajira, Territorio Ancestral del Pueblo Wayuu. Por:Ana Delia Fernandez Sijonoyu

Hoy regrese a mi territorio ancestral; La Alta Guajira, de vuelta a casa nuevamente junto a mi madre y mis seres queridos, acá  donde está conectado mi  cordón umbilical a mi origen antiguo, a  mi esencia profunda de mujer wayuu, donde esta mi Ei'ruuku (la carne de mi madre, nuestra institución familiar matrilineal ). Acá, de donde a muchos nos a tocado salir  hacia  la ciudad en busca de mejores oportunidades, en busca de alimentos para la sobrevivenvia de los familiares que dejamos luchando acá en nuestro territorio, en la busqueda de aprender otro idioma a parte de nuestro wayuunaiki( idioma wayuu) para poder tener acceso a  los estudios y otros conocimientos. En la busqueda de trabajos que nos ayuden a mejorar la condición de vida de nuestra familia. Desde acá  hoy les doy mi voto por la esperanza de todo el pueblo colombiano, por la esperanza de todas las mujeres que luchan incansablemente  por salvaguardar su territorio, su cultura, su espiritualidad, por la esperanza de mi pueblo wayuu, sobre todo, por los sueños de toda la juventud y niñez wayuu. Toda esa esperanza la tenemos hoy puesta en tí PETRO, y en tí FRANCIA.

De todas las formas nos han dicho  al pueblo afro, indígena, campesino,  a todos los que venimos desde abajo, sobre todo nos han dicho a las mujeres;  que no somos  capaz de direccionar ninsiquiera nuestra propia vida, mucho menos  para direccionar a un país. Sabemos de lo que somos capaz, eso es suficiente para seguir  tejiendo la vida y la paz en nuestro territorio. Lo hemos hecho por más de 500 años a través de nuestras luchas como pueblos milenarios. Hemos  sabido garantizar la diversidad y riqueza cultural que sostiene hoy el universo. Hoy ustedes le demostran a toda Colombia y al mundo que los que vienen desde abajo, los que realmente  conocen, sienten, han vivido el dolor y las luchas en  territorio, también pueden llegar a ser presidente y vicepresidenta de un país.

Francia, Hoy le has demostrado una vez más a toda Colombia y a la humanidad, que la mujer es muy  capaz, posee sabiduría y valentía para alcanzar todos los retos que se plantea para hacer su mejor aporte al bienestar de los pueblos.  y  muchas veces con trabajos arduos de manera silenciosa,  invisibilizadas,  sin ruido, sorprendiendo con sus luchas territoriales como lo has hecho. 

 Ustedes dos nos representan,  representan al pueblo luchador, a los que somos mayoría, representan a esas mujeres y hombres que arduamente, día a día  se esfuerzan en sus territorios y tejen  un mundo más justo donde la vida de todos los seres vivos es sagrada,  donde se convive a partir del diálogo armónico, en donde cultivamos el respeto por la vida de todos los seres humanos y no humanos ( montañas, plantas, rios, territorio...)

Petro,  vienes de donde soy,  los que luchan por una vida digna, los que anhelan sueñan con poder culminar un nivel académico universitario, los que desean volver al territorio para  hacer su mejor aporte al desarrollo de los pueblos. Sé que  alcansaste un nivel de formación académico superior a través de becas que lograste adquirir con mucho esfuerzo y lucha. 
Tienes la claridad en que para alcanzar un  nivel alto de desarrollo en un pais, se  debe garantizar primeramente una educación de calidad hasta el nivel superior universitario de forma gratuita a toda la juventud colombiana, donde tengan acceso y puedan realizar estudios en el área que desean,  donde el país pueda contar con profesionales en diversas áreas para ser los principales actores, protagonistas en la construcción de un país potencia para la vida, donde todos  puedan vivir sabroso como nos propone Francia. 
Lo que más necesita el pueblo colombiano es educación, lo que más le han negado. Por ello aplaudo  su máxima y más importante propuesta  de gobierno; la democratizacíon de la educación universitaria gratuita para toda la juventud y pueblo colombiano.

La juventud wayuu necesita tener mayor acceso a la educación universitaria, al igual que muchos docentes en ejercicio hoy  necesitan estudios de nivel superior para que puedan brindar una educación de calidad a partir del fortalecimiento de la identidad cultural del pueblo wayuu,   una educación propia que detenga la educación colonizadora que hoy el sistema educativo occidental le  impone a niñas, niños y jóvenes en las instituciones educativas  que se encuentra en territorio indígena.

  La cifra más baja a nivel nacional sin acceso a educación superior se encuentra en el pueblo wayuu, según el último censo de población y vivienda DANE del 2018. 

 Han sido más de 500 años de luchas, aquí seguimos. Hoy es un intento una vez más en la busqueda colectiva para la cristalización de todo el anhelo y los sueño del pueblo colombiano, del pueblo afro, campesino, del pueblo originario, sobre todo de nosotras las mujeres quienes padecemos  con mayor profundidad las dificultad de nuestras familias en el territorio; somos las dueñas de dolor de nuestros hijos, hermanos, padres, de las comunidades, del pueblo.

Hoy acompañada de los espíritus protectores de estas hermosas montañas que reposan frente a nuestra casa, de  acá donde se devuelven danzando los fuertes vientos  que se pasean por las imponentes playas mar caribe; voto por toda la  ESPERANZA DEL PUEBLO COLOMBIANO, por la ESPERANZA DE TODA ABYA YALA( América) Y EL MUNDO, SOBRE TODO POR LA ESPERANZA  DE MI PUEBLO WAYUU.

Por:Ana Delia Fernandez Sijonoyu.
Mujer Originaria del Pueblo Wayuu

martes, 14 de diciembre de 2021

EL CONSEJO DE MI ABUELA

EL CONSEJO DE MI ABUELA
Rolanda García

Desde que mi hija Ixkaj cumplió un año, escuché opiniones de pediatras y madres que me decían que a su edad ella ya no debía alimentarse de la leche materna, “esa leche ya le hace mal,” me aconsejó una enfermera de la parroquia de mi región.

Pero mi insistencia de alimentarla con la leche materna es por los consejos de mi abuela. Ella sirvió durante 40 años como partera ancestral, atendió a cientos de mujeres embarazadas, dos niños que nacieron muertos los revivió a través del cordón umbilical, apoyó a varias mujeres con problemas de la placenta. Parte de sus sabios consejos que me los repitió una y otra vez, los llevo prendidos en mis entrañas. Desde que era niña me decía lo siguiente: “Iwila ri wal xa mi wesaj tu´ chike anaq, iw´ijna keb´ oxib´ junab´”, que traducido al español decía: “Cuiden a sus hijos e hijas, no le retiren la leche materna a su corta edad, esperen a que tengan dos o tres años”. Según ella amamantar a una bebé o a un bebé responde a un ciclo de vida que es parte del desarrollo integral de un ser humano. La mayoría de niños y niñas que terminen su ciclo de amamantamiento no se olvidan de su madre, su padre y demás seres queridos. Cuando sean adultos o adultas tendrán un normal desarrollo intelectual y físico, obtienen un desarrollo emocional equilibrado, los infantes se enferman poco y sobre todo mantendrán el autoestima y la confianza en sí mismos o en sí mismas. 

Haciendo honor a los consejos de mi gran abuela Juana Gutiérrez, creo que estoy por cumplir este ciclo. Ixkaj a sus dos años y medio iniciará próximamente a no depender de la leche materna. Estoy convencida de que parte de estas sabidurías se harán realidad en la vida de Ixkaj. Hoy toca acompañarla en estos primeros meses de cambio. 

Las mujeres sabemos que amamantar a un hijo o una hija es un doble sacrificio, sin embargo, comparto este consejo de mi abuela para animar a otras madres a que dispongan de este alimento materno sagrado que fluye desde nuestros cuerpos.

domingo, 10 de octubre de 2021

MIGUEL ANGEL JUUSAYUU…Arülejüi Lapüü (pastor de los sueños)

MIGUEL ANGEL JUUSAYUU…

Arülejüi Lapüü (pastor de los sueños)

 

 

Hablar de "resistencia" es proponer un acto de aguantar, soportar o sostenerse pasivamente. De allí que sea preferible el término de "reafirmación", puesto que todos los grupos étnicos de la América indígena están invitados a sustentarse desde la raíz profunda de la cultura y el sueño redondo de la trascendencia. Es de este modo que los miembros de grupos étnicos buscamos en otros corazones el sumo entendimiento del respeto mutuo y el reconocimiento a la diferencia, a la experiencia de otra realidad aportada por nuestro espacio geográfico y espiritual. En este afán prodigioso apreciamos a MIGUEL ANGEL JUUSAYUU, miembro insigne de la etnia Wayuu, que a pesar de no ver a través del sentido de la vista, nos está viendo vulnerables en pleno siglo XXI. Su nombre aborigen es SHUÁ. Así creció entre amores y desamores, entre la estepa y la mar, entre Lapüü (el sueño) y Jouttai (el viento).

 

Un sueño trajo al niño SHUÁ hasta la ciudad de Maracaibo y luego el viento lo elevó hasta la capital Caracas. Allí se cultivó en la letra escrita con la certeza de perpetuar su palabra y la memoria de nuestros antepasados. Desde entonces, sabemos que JUUSAYUU posee una sensibilidad marcada por un conjunto de impresiones que fueron acumuladas mediante sus contactos físicos, psicológicos y espirituales con su ranchería natal. Su conciencia mística lo ha interrogado con ansiedad curiosa y lo hizo portador de la palabra pacifica y formadora. Jamás ha cedido a las imposiciones coyunturales, quizás por eso nada ha enturbiado la sinceridad y la claridad de su visión.

 

De hecho, Miguel Ángel Juusayuu no pudo continuar el pastoreo del rebaño familiar, pero si logró pastorear el sueño capaz de convertir sus conceptos en palabra escrita, en palabra que no se la llevarán los vientos polvorientos. Él tiene la certeza de estar poseído por los espíritus de la reafirmación étnica y cultural. Su rica producción literaria es el mejor legado para continuar la vida entre las próximas generaciones de la etnia. Generaciones que deben asumir el reto de asimilar la cultura a través del uso del idioma materno, en cuyo contenido reposa la sabiduría plena de ese modo de ser Wayuu, el cual implica un modo de sentir, de pensar y de soñar.

 

El "NIÑO SHUÁ" está aquí, con nosotros, en el seno de la tierra materna, y como el firme y anciano cactus de Jalaala (estepa desértica), llegó transportado por un sueño antiguo, el cual lo invita nuevamente a una ofrenda al histórico Mar Caribe. Se hace evidente que viene a recorrer sus pasos, porque los hermanos alijuna así se lo han pedido. Sin duda alguna, son nuestros aliados para reivindicar su hazaña noble y magistral. Al igual que nosotros, anhelan que por siempre en La Guajira nacieran más niños virtuosos como SHUÄ, y después regresaran grandes y altivos como MIGUEL ANGEL JUUSAYUU.

 

 

 

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    GUILLERMO OJEDA JAYARIYU

Pintor e investigador cultural de la etnia wayuu

 

sábado, 3 de julio de 2021


 Por, Olimpia Palmar Ipuana- Red de Comunicación del pueblo Wayuu Putchimaajana

El periodista Wayuu Algimiro Montiel del Eirüku Ipuana, ancestralmente de la zona norte extrema de la alta Guajira, Wuimpumuin es el galardonado en la categoría Texto de la Octava edición del premio Gabo, el concurso de mayor importancia y trayectoria en el periodismo iberoamericano que es convocado por la Fundación de periodismo Gabo.

El comunicador Wayuu, Algimiro Montiel es miembro de la Red de Comunicaciones del Pueblo Wayuu Putchimaajana, ha sido corresponsal de radio y televisión en la frontera colombo venezolana por al menos 10 años, junto con otros 18 periodistas trabajaron en el reportaje investigativo titulado: Venezuela, el paraíso del contrabando, en el que desvelan el alto nivel de contaminación ambiental y social del bosque amazónico por la explotación ilegal de minas y el tráfico de minerales por las líneas intrafronterizas entre Venezuela, Brasil y Colombia.

El Paraíso Dos Contrabandista, como se tituló el reportaje en portugués fue publicado por distintos medios entre ellos El Espectador, Nuevo Herald y De Correspondent de Holanda, este mismo reportaje ganó el premio OJA’S del Periodismo y al participar en los Premios Gabo quedó entre los  1.443 trabajos periodísticos pasando por un riguroso jurado de talla internacional que lo selecciono como ganador de tal mención con la que él periodista Wayuu logró traer el premio de periodismo a tierras Guajiras , este trabajo fue  galardonado por su narrativa, innovación en la cobertura y en la profundidad de su  investigación periodística.

El premio fue anunciado en el mes de enero, pero es hasta el día de hoy que recibe en sus manos el galardón de periodismo Gabo, que se constituye de una escultura de Teclado forjado en bronce con un peso de 700 gramos que en su diseño resalta las teclas donde sobresalen la palabra y es acompañada con un pergamino que describe la premiación y los ganadores.

El periodista Wayuu, Algimiro Montiel manifestó que este premio reconoce la importancia del periodismo en la construcción de la memoria colectiva de la sociedad en el que se la da voz a los procesos sociopolíticos que se gestan desde las fronteras » esos que hacemos noticias de verdad con la gente y desde los rincones más incómodos del país también merecemos un galardón pero no necesariamente este, sino el de la Libertad de Expresión» recalcó Montiel, quien actualmente labora en la región fronteriza del Zulia como corresponsal de medios internacionales y como  productor  audiovisual de la Red de Comunicación del Pueblo Wayuu Putchimaajana.

martes, 15 de junio de 2021

OBRAS IMPORTANTES INÉDITAS DEL ESCRITOR WAIÚ MIGUEL ANGEL JUSAYU

Miguel Ángel Jusayú, nació en (Wüinpumüin) Jiichu’woulu, localidad cercana a Nazaret y también al Mar Caribe en la alta Guajira, el 20 de Agosto de 1933. Su madre fue una hábil artista  que confeccionaba hamacas, chinchorros, cinturones, bolsos, etc., se llamaba Rukaria Jusayú del clan Jusayú. Su padre fue un hombre que atendía los quehaceres de su tiempo: labranza de la tierra, pastor de ovejas, domador de bestias, se llamaba Aléntua Ja’yaliyú del clan Ja’yaliyú.

 El clan de la familia materna, es Jusayú el cual lo representaba el mapurite, el clan de su familia paterna es Ja’yaliyú y lo representa el perro. Tuvo dos hermanos y tres hermanas. Luis Ángel Prieto, Octavio Prieto (fallecido), Jacinta Galué               ( fallecida), Lucrecia Galué, Silvia Galué y Mercinda Ja’yaliyú.
 El clan Jusayú en el que nació se dedicaba a la cría de ovejas por lo que desde niño salía junto a los varones de su familia a pastorear rebaños hasta que, siendo adolescente una infección en los ojos le dejo ciego. 
Una tia  lo llevó a Maracaibo y allá comenzó a mendigar, era un destino usual entre los ciegos… deambulando por el centro de la ciudad alguien de la oficina de asistencia social Gobernación del Zulia y El Consejo Venezolano del Niño se le acercó y conmovido tramito una beca para que estudiara en el Instituto Venezolano de Ciegos, en Caracas, corría 1950. Allá conoció a muchos ciegos zulianos, José Ángel Romay, Romer Oberto, Armando Fuentes, Robertina Pérez, Hilario González, Miguel Ángel Fereira, los hermanos Morillo: Gladys, Conrado y Héctor, entre otros, con quienes convivió y estudió allá y siendo de la misma región se estableció entre ellos un indeleble y duradero lazo de amistad y respeto… Pocos años después algunos de ellos fueron fundadores o impulsadores de la Asociación Zuliana de Ciegos (AZC).


En ese Instituto Jusayú se alfabetiza y educa, conoce y domina el sistema braille y también aprende mecanografía, oficio que le sirvió a su regreso a Maracaibo; aprovecho el gusto y la facilidad que tenia de redactar para ganarse la vida escribiendo cartas y documentos para todo aquel que se lo pidiera. 
En el casco de la ciudad se encontraban el correo, y todas las oficinas de los poderes públicos nacionales y regionales, así como los Tribunales, entre otras dependencias, en esa dinámica Jusayú se apostaba con su máquina de escribir en una mesita y con una silla para redactar lo que le pidieran. 

De ese modo comenzó un trabajo con las palabras, las letras y la escritura que nunca más dejó. Por otro lado, su vínculo con la Guajira fue esporádico, viajaba por su cuenta a recolectar material para su trabajo y en otras ocasiones acompañado de investigadores que requerían información de dicha región y solicitaban su apoyo como guía e intérprete. 

Se hizo miembro de la recién fundada Asociación Zuliana de Ciegos donde también fue maestro en la Escuela Valentín Haüy. Escribe cuentos de su tierra, uno de ellos traducido en cuatro idiomas: sueco, danés, noruego y castellano (Ni era Vaca, Ni era Caballo). 

Crea la gramática del idioma Wayunaiki y el diccionario Guajiro – Castellano y Castellano - Guajiro.
 Escribe su auto – biografía. El Ministerio de Cultura en el 2006 le otorga el Premio Nacional de Literatura
.Sus obras son: 
 Relatos Guajiros I, 1975. 
 Diccionario de la Lengua Guajira. Guajiro – Castellano, 1977. 
 Gramática de la Lengua Guajira, 1978.
 Relatos Guajiros II, 1979. 
 Diccionario de la Lengua Guajira. Castellano – Guajiro, 1979. 
 Ni era Vaca, Ni era Caballo, 1984.
 Relatos Guajiros, 1986. 
 Diccionario sistemático de la Lengua Guajira, 1988.
 Lo que he contado, 1989. 
 Otros relatos míos, 1992. 
 Autobiografía, 1993. 
 Aquí están mis Relatos, 1995. 
 Método para enseñar a escribir y a leer el Wayunaiki,2002. 
 Gramática de la Lengua Guajira, Morfosintaxis, 2012. 
 Diccionario sistemático de la Lengua Guajira II Castellano – Guajiro, 2012. 

Es nombrado miembro honorario de la Federación Venezolana de Instituciones de Ciegos (FEVIC).
 En el año 1991 La Universidad del Zulia le otorga el título de profesor Honorario.
 En 1998 le es otorgado el Doctorado Honoris Causa de la Ilustre Universidad Del Zulia
 y en el año 2007 la Universidad Nacional Experimental Rafael María Baralt le otorga el título de Doctor Honoris Causa. 

Ese mismo año la cineasta Zuliana Patricia Ortega estreno “El Niño Shua” un film que relata la vida de Jusayú basado en su auto - biografía. 
En la biblioteca pública del estado Zulia, se crea la sala Braille que lleva el nombre de “Miguel Ángel Jusayú”, con el objetivo de atender a las personas con discapacidad visual. 

Tuvo dos Hijas y un Hijo. Gloria, Miguel y Carmen Jusayú.  Emilia González Quien fue su concubina y madre de todos sus hijos. 

 Solidario y generoso con sus compañeros ciegos, siempre dispuesto a contribuir a solventar los problemas de aquellos menos favorecidos en la salud, o cualquier otra adversidad.
 Le agradaba compartir sus cumpleaños con los miembros de la Asociación con almuerzos típicos de la región Guajira, elaborados por las mujeres de su familia. Fundador de nuestra caja de ahorros a la que dio respaldo como nadie en la que casi siempre fue el más fuerte ahorrista. 
Se sentía orgulloso de la Institución y cuando a algún acto en el que se le prodigaban honores estaba una delegación nuestra, en cuanto tomaba la palabra, destacaba la presencia de sus compañeros ciegos con ufano acento.

 Es uno de los indígenas intelectuales más importantes de Venezuela y América Latina. Su nombre resplandece y honra no solo en su clan Jusayú y a su pueblo Wayuu, a Maracaibo, La Universidad del Zulia, La Universidad Católica Andrés Bello, a CorpoZulia, a nuestra región y sus letras, sino que también es orgullo de los ciegos de todo el mundo.
 Le recordamos con el orgullo y alegría que nos da el que sea un ejemplo de que la ceguera no es un obstáculo para realizar los deseos y talentos que como seres humanos tenemos. 
El 8 de Junio de 2009, el escritor de la Guajira, el hombre que supo poner en alto su cultura y su Lengua difundiéndola por todas partes a través de sus relatos, fallece en la ciudad de Maracaibo, dejando un legado de incalculable valor para el país. 


 OBRAS IMPORTANTES INÉDITAS DEL ESCRITOR WAIÚ MIGUEL ANGEL JUSAYU
 Relatos inéditos (Este libro contiene 326 páginas escritas a máquina)

1. Relato de un hombre viejo sanador. Nüchi´ki wané waiú láülá outajüi
 
2. Jüchi´ki wané waú láülá müshíia wané jüikeyú Relato de una vieja y de unos   nietos suyos.

3. Nüchiki´wané waiú láüla oko´lojóshi jáumúin wané úchi Relato de un hombre       viejo que se mudó a una serranía. 

4. Naku´waipa namáiwa na waiú Ja’yalijúkana. La existencia de los waiú Ja’yaliyú. 

5. Jüchi’ki Walúnká. Referencia de Walúnká

6. Tü Juya´ka júmá tü Aya´la münaká. La Lluvia y la Aya´lamúna

7. Jünüiki tü Láülauákalü, La opinión de la Ancianidad

8. Nüchi´ki jíntüi Oulemetüin. Relato del niño Oulemetüin 
.
9. Nüchi´ki Juya’ númá Iwa Relato de Juya´ e Iwa 

10. Jüchi´ki Jatútta númá Isho´nulu. Relato de Jatútta e Isho´nulu 

11. Jüchi´ki wané Pasa´láuá. Relato de una Venganza 

12. Nüchi´ki Samóuwai. Relato de Samóuwai 

13. Nüchi´ki Másparrala nümá Moku´chon. Relato de Másparrala y de Moku´chon

14. Nüchi´ki Pia´mashí Tepi´chírrua Pawa´láwashí. Relato de Dos Muchachos   Hermanos

15. Nüchi´ki wané Wanü´lü oulaka müshiá wané waiú Olo´jüi. Relato de un Wanü´lü  y waiú cazador

16. Nachi´ki wané Wanü´lüirrua ejenamaa Küisa. Relato de unos Wanü´lü que   existían en Küisa 

17. Tü Atkauákalü natu´ma Annetkana. La pelea de los Carneros 

18. Wanájirráuá jümá kasa´Kaya´rrülasü. Encuentro con algo Espeluznante 

19. Nüchi´ki wané waiú Jimaai Kaku´wai. Relato de un Joven Andariego

 Tópicos de la cultura Waiú Miguel Ángel Jusayu (Este libro contiene 64 páginas escritas a máquina) 

1. El Indígena Waiú
2. El Idioma del Waiú 
3. El Waiú según sus recursos económicos 
4. El Waiú y sus costumbre, tradiciones y creencias 
5. La subsistencia del waiú 
6. La alimentación del waiú 
7. El trabajo Yana´ma del waiú 
8. La casa del waiú 
9. Los clanes o agrupaciones del waiú 
10. El parentesco familiar 
11. El saludo del waiú 
12. La waiú en la pubertad 
13. La unión conyugal del waiú 
14. Existencia de problemas o delitos consecuencias, soluciones posibles. 
15. El momento fúnebre del waiú 
16. La exhumación de restos óseos 
17. El sueño del waiú 
18. El amuleto o talismán 
19. El baile del waiú 
20. El cuento del waiú 
21. El canto del waiú ( Jayechi) 
22. Instrumentos musicales empleados por el waiú 
23. Los juegos del waiú 
24. El juego Kaulaya 
25. Las malas influencias de las personas y de los animales 
26. El presagio o indicio según el concepto del waiú 
27. Cosas extrañas y peligrosas 
28. Waiú sanador de enfermo, waiú sanadora de enfermo ( outajüi, outajülü ) 
29. Waiú adivinador, waiú adivinadora (waiú Oulaküi, waiú oulakülü ) 
30. Los puntos cardinales según la orientación de los waiú 
31. El modo de contar del waiú 
32. El Mapurite antiguo pariente de los Jusayú 
33. El Waiú Jayaliyu como descendiente del perro 
34. El árbol del Mamón antiguamente 
35. El viejo y la serranía 

OTRAS OBRAS IMPORTANTES NO PUBLICADAS. 

1. Sufijos de las palabras de la lengua guajira Jiipa´jüleirrua pútchírrua waiúnaiki (son 304 páginas escritas a máquina) 

2. Nociones preliminares del Waiúnaiki Pala´jatükalüirrua e´rrájia waiúnaiki (son 64 páginas escritas a máquina)

 3. Libro para enseñar al muchacho Karra´lóuta ai´kia tepichi ( son 60 páginas escritas a máquina )
 
4. La enseñanza del waiúnaiki tü ai´káká waiúnaiki ( son 104 páginas escritas a máquina)

jueves, 13 de mayo de 2021

Carta de un indígena del Cauca a un caleño de camisa blanca

Hernando Llano Ángel
Coincidencialmente encontré en la Avenida Cañasgordas de Cali, entre trapos ensangrentados, esta carta anónima que a continuación divulgo, porque considero que puede ser útil para comprender lo que nos está sucediendo, no solo en la sucursal del cielo, sino en todo el país: “Le escribo a usted, hombre de camisa blanca, con rabia y lágrimas en mis ojos. También con odio en mi corazón. Usted y sus vecinos dispararon a matarnos. Hirieron a 10 de mis compañeros y el agente de policía, a su lado, no hizo nada para protegernos. ¿Por qué cree usted y sus acompañantes de camisa blanca que pueden disparar y nada les va a pasar? Acaso cree que nosotros no tenemos derecho a la vida, igual que usted y sus familias, simplemente porque somos indios del Cauca. Eso era en el pasado, cuando nuestros mayores a sangre y fuego fueron despojados de sus tierras, humillados y obligados a refugiarse en el monte, sin que nada les sucediera a los responsables de esos crímenes. Y ahora quieren hacer lo mismo con nosotros, echarnos a punta de bala y sangre de Cali, como si esta ciudad fuera una hacienda de su propiedad, para disfrutar solo con su familia y sus amigos en forma exclusiva. Por eso atravesaron sus camionetas y sacaron sus armas, para que no pasáramos en nuestras chivas. Y nos gritaron con furia: “¡Cali se respeta! Y nos insultaron: ¡Fuera de aquí indios malparidos!” ¡Vuelvan a su tierra!” Y empezaron a dispararnos, porque ustedes se creen con derecho a matar, porque se consideran superiores y viven totalmente convencidos y seguros de ser mejores y buenos. Así lo gritaban: “Los buenos somos más”. Y se visten de blanco, pero tienen mucho odio en sus corazones y sangre en sus manos. Por eso huyeron en sus carros a sus casas, para ponerse a salvo con sus guardias y escoltas. Y hasta allí llegamos algunos, con rabia y con fuerza rompimos puertas, causamos daño a sus carros y nos defendimos con nuestras manos, bastones y piedras, pero no disparamos. Sí, quemamos carros, pero no herimos de muerte a nadie. Nosotros estamos en Cali porque queremos vivir y hacer respetar nuestros derechos. Porque tenemos iguales derechos que ustedes a la vida, sin que nos maten por reclamarla. Porque no aceptamos que a nuestros hermanos menores que viven en ciudades los persigan y maten por reclamar sus derechos y dignidad. Porque todos, que somos mayoría, nos cansamos de vivir humillados, hambreados e ignorados. Ya le perdimos el miedo hasta al COVID y a la muerte. Y nos levantamos como ciudadanos, negros, indios y campesinos, con iguales derechos a ustedes. Ya no somos menos, no somos peones, ni sirvientes, somos ciudadanos, no somos esos “indios cochinos” o esos “negros brutos”, sin derecho a la ciudad, a sus centros comerciales, a sus parques, a sus colegios y universidades, hospitales, calles y plazas. Porque nos han negado durante toda la vida esos derechos fundamentales, como si nuestras vidas y dignidad no fueran iguales a las de ustedes. Por eso nos hemos tomado las vías. Por eso están bloqueadas, porque solo así Duque y ustedes, entenderán que nuestras vidas son más importantes que las vías y carreteras. Por todo eso, hombres y mujeres de camisa blanca, estamos en Cali y nos iremos cuando nos reconozcan nuestros derechos a una vida tan digna como la de ustedes, con garantías plenas a los derechos fundamentales que ustedes siempre han gozado como privilegiados: la vida, la salud, el trabajo, la educación y la protesta. Y continuaremos en esa lucha desde nuestros resuguardos con millones de colombianos en las carreteras y en otras ciudades. Cuando Duque nos trate igual a ustedes y no como a peligrosos criminales y vándalos, contra los cuales arremeten furiosos policías y militares, podrán transitar libremente por carreteras y calles. Pero primero el gobierno y ustedes tienen que desbloquear nuestras vidas para nosotros desbloquearles las vías. Porque queremos que la vida de todos y no la de unos pocos transite libre, segura y digna por todas las vías de Colombia”. Hasta aquí la imaginaria carta que encontré en la Avenida Cañasgordas, pero que todos podemos ver y leer en los noticieros, si nos despojáramos de nuestros prejuicios clasistas, racistas y del ejercicio de nuestros derechos como privilegios exclusivos. Si nos comprometiéramos a forjar de verdad una democracia de ciudadanos y ciudadanas, en lugar de seguir siendo complacientes y hasta cómplices de un régimen político corrupto y electotanático, en beneficio de privilegiados indolentes e insolidarios. Esos noticieros todos los días nos informan de más víctimas mortales y menos vías vitales. Vías que han ido permitiendo el tránsito de alimentos, medicinas y gasolina, para la vida de todos, con los corredores humanitarios. De alguna forma, los bloqueos y el vandalismo desbocado, también nos revelan que cada día perdemos más nuestra sensibilidad y empatía como seres humanos y colombianos. Al punto que ya se anuncia por redes sociales una “MANCHA BLANCA”, donde sus promotores proclaman que: “Los buenos somos más” y puede convertirse mañana, sin ellos proponérselo, en una “MANCHA SANGRIENTA”, de la que nadie está a salvo de ser parte, como está sucediendo en desarrollo del paro nacional, donde el número de víctimas mortales oscila entre 42 según la Defensoría del Pueblo y 33 el Ministerio de Defensa y un número incierto de desaparecidos entre 379 y 133. PERIODICO EL ESPECTADOR Jueves 13 de mayo