domingo, 10 de octubre de 2021

MIGUEL ANGEL JUUSAYUU…Arülejüi Lapüü (pastor de los sueños)

MIGUEL ANGEL JUUSAYUU…

Arülejüi Lapüü (pastor de los sueños)

 

 

Hablar de "resistencia" es proponer un acto de aguantar, soportar o sostenerse pasivamente. De allí que sea preferible el término de "reafirmación", puesto que todos los grupos étnicos de la América indígena están invitados a sustentarse desde la raíz profunda de la cultura y el sueño redondo de la trascendencia. Es de este modo que los miembros de grupos étnicos buscamos en otros corazones el sumo entendimiento del respeto mutuo y el reconocimiento a la diferencia, a la experiencia de otra realidad aportada por nuestro espacio geográfico y espiritual. En este afán prodigioso apreciamos a MIGUEL ANGEL JUUSAYUU, miembro insigne de la etnia Wayuu, que a pesar de no ver a través del sentido de la vista, nos está viendo vulnerables en pleno siglo XXI. Su nombre aborigen es SHUÁ. Así creció entre amores y desamores, entre la estepa y la mar, entre Lapüü (el sueño) y Jouttai (el viento).

 

Un sueño trajo al niño SHUÁ hasta la ciudad de Maracaibo y luego el viento lo elevó hasta la capital Caracas. Allí se cultivó en la letra escrita con la certeza de perpetuar su palabra y la memoria de nuestros antepasados. Desde entonces, sabemos que JUUSAYUU posee una sensibilidad marcada por un conjunto de impresiones que fueron acumuladas mediante sus contactos físicos, psicológicos y espirituales con su ranchería natal. Su conciencia mística lo ha interrogado con ansiedad curiosa y lo hizo portador de la palabra pacifica y formadora. Jamás ha cedido a las imposiciones coyunturales, quizás por eso nada ha enturbiado la sinceridad y la claridad de su visión.

 

De hecho, Miguel Ángel Juusayuu no pudo continuar el pastoreo del rebaño familiar, pero si logró pastorear el sueño capaz de convertir sus conceptos en palabra escrita, en palabra que no se la llevarán los vientos polvorientos. Él tiene la certeza de estar poseído por los espíritus de la reafirmación étnica y cultural. Su rica producción literaria es el mejor legado para continuar la vida entre las próximas generaciones de la etnia. Generaciones que deben asumir el reto de asimilar la cultura a través del uso del idioma materno, en cuyo contenido reposa la sabiduría plena de ese modo de ser Wayuu, el cual implica un modo de sentir, de pensar y de soñar.

 

El "NIÑO SHUÁ" está aquí, con nosotros, en el seno de la tierra materna, y como el firme y anciano cactus de Jalaala (estepa desértica), llegó transportado por un sueño antiguo, el cual lo invita nuevamente a una ofrenda al histórico Mar Caribe. Se hace evidente que viene a recorrer sus pasos, porque los hermanos alijuna así se lo han pedido. Sin duda alguna, son nuestros aliados para reivindicar su hazaña noble y magistral. Al igual que nosotros, anhelan que por siempre en La Guajira nacieran más niños virtuosos como SHUÄ, y después regresaran grandes y altivos como MIGUEL ANGEL JUUSAYUU.

 

 

 

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    GUILLERMO OJEDA JAYARIYU

Pintor e investigador cultural de la etnia wayuu