sábado, 1 de marzo de 2014

Venezuela, la izquierda y la solidaridad: el mundo al revés

Servindi, 27 de febrero, 2014.- Hemos recibido una carta crítica y polémica con el artículo de Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz, referida a la situación en Venezuela. En aras de un pluralismo informativo y porque no creemos que la verdad tenga un solo color o matiz consideramos importante compartirla con nuestros lectores y lectoras.

Venezuela, la izquierda y la solidaridad: el mundo al revés

Por Danitza Cornejo
27 de febrero, 2014.- Soy peruana y vivo en Francia desde hace más de un decenio. Recibo y consulto cotidianamente el resumen de noticias indígenas Servindi desde el 2009, año de la masacre de Bagua, fecha en la que me suscribí para estar mejor informada para difundir y apoyar la causa de los pueblos originarios (poblaciones locales, pueblos indígenas y aborígenes), sus denuncias, sus propuestas, su evolución y sus luchas de resistencia frente al ataques del capitalismo, local y transnacional, ejecutado tanto por gobiernos de derecha como de izquierda.
Sabemos que ningún pueblo originario está hoy al abrigo de ser desplazado o desaparecido en nombre de las políticas neo-extractivistas y a través de la ejecución de mega-proyectos, siempre en beneficio de transnacionales y de los grandes capitales nacionales, y siempre con la participación activa de los Estados.
Asisto sin embargo con enorme tristeza a la lectura de un artículo publicado y reproducido ayer bajo otro título en la página de Servindi sobre Venezuela(1). En este artículo, el señor Adolfo Pérez Esquivel, usando de su reconocida e innegable trayectoria por los derechos humanos en Argentina, y sobre todo de su mediático título de “Premio Nobel de la Paz”, repite la tesis del gobierno del señor Nicolás Maduro, según el cual un golpe de Estado de la derecha fascista, del mismo calibre que el que se produjo en abril del 2002, está en marcha en febrero 2014, con el auspicio activo del imperialismo norteamericano.
Este argumento sirve actualmente de coartada al gobierno bolivariano para aplicar una de las más brutales represiones conocidas en Venezuela desde el “Caracazo” de 1989, contra una población civil fundamentalmente desarmada -y cierto, no siempre- pero en general pacífica, que ha desbordado ampliamente el intento de capitalización de la lucha por los partidos de derecha (la de Capriles, la de Leopoldo o la del MUD), razón por la cual el propio Maduro ha llamado, contradiciendo su propia tesis de “golpe de Estado”, a los líderes de la oposición, a la patronal venezolana Fedecámaras y a los representantes del gobierno norteamericano, a concertarse en el famoso “Plan de Paz y Convivencia en Venezuela”. Nótese que Maduro no se está dirigiendo a los manifestantes ni a las organizaciones sociales de base, sino a los jefes de la derecha.
Mientras tanto, las fuerzas policiales, armadas y de inteligencia del gobierno bolivariano continúan no sólo reprimiendo, con métodos muy similares a los de la ESMAD colombiana : en lo que va del 12/02 al 25/02, hay ya 15 personas muertas en el marco de manifestaciones (más de un tercio de ellas por bala en la cabeza, centenas de heridos moderados/graves y más de 500 detenidos a los que se les ha maltratado, humillado y hasta torturado).
Lo más preocupante es que todo indica la puesta en marcha de una estrategia de acción conjunta entre fuerzas policiales y grupos armados de choque, que se encarnizan con la población civil de los barrios de clase media (bastión de la oposición, y no necesariamente de los partidos de derecha), barrios en los que se están realizando actualmente operativos de terror y provocación. Si usted no cree una sola palabra de lo que estoy refiriendo en este párrafo, sólo tiene que visionar algunos cuantos de los muchos videos que los ciudadanos han colgado en internet, enlace que le hago llegar aquí (2).
Esta dramática situación está provocando una radicalización aún mayor de un sector de la población venezolana que ya se encontraba en oposición y rechazo al régimen, no porque haga eco de algún complot imperialista, sino por la grave situación social, moral y económica que vive el país:
  • Venezuela ha cerrado el 2013 con casi 25.000 homicidios, es decir, un promedio de 71 asesinatos por día, siendo cada vez más frecuentes las victimizaciones múltiples.
  • La corrupción en Venezuela ha alcanzado niveles tan o más escandalosos que los ocurridos durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez, siendo lo más emblemático los 20.000 millones de dólares que se hicieron humo en 2012 a través de empresas fantasma en el caso Cadivi (Comisión de administración de divisas).
  • La penuria de alimentos corrientes, así como de servicios básicos, es también una de las causas de este largo descontento del pueblo venezolano, incomprensible en un país con enormes riquezas y que ha gozado de un momento particularmente favorable respecto a la renta petrolera. El gobierno acusa a la derecha de provocar esta penuria a través del acaparamiento de productos de primera necesidad para provocar desestabilización y ejercer especulación, pero lo que no dice es que desde el año 2004 el gobierno ha estado entregando subsidios fenomenales a las empresas privadas de importación de productos (como ejemplo, 400 millones de dólares del erario público fueron entregados durante ocho años sólamente a Tiendas Daka Electrodomésticos, antes de ser intervenida en 2013. Pero como este ejemplo hay innumerables…), lo que ha alargado el espectro de corrupción y huída de capitales y divisas, dejando de otro lado la responsabilidad del abastecimiento doméstico en manos privadas.
  • Respecto a la organización del movimiento social, éste ha sido corporativizado por el régimen después de haber sido dividido, reprimido y clientelizado. Así, no es un secreto en Venezuela que, los actuales métodos de represión contra el movimiento estudiantil y contra las manifestaciones de las clases medias, ya han sido testeados en los años anteriores contra los trabajadores, los campesinos y los indígenas. Ha sido el caso de los trabajadores del petróleo (sobre todo después del golpe fallido de la derecha en el 2002), contra los metalúrgicos del Sidor y contra las luchas del pueblo Yukpa en Perijá. De hecho, yo he comenzado a deshilvanar la madeja de la realidad venezolana a través de las informaciones que a través de Servindi pude conocer a raíz del asesinato del líder indígena Sabino Romero, muerte opacada sin duda por el deceso del presidente Hugo Chavez.
En vez de haber logrado la reducción de las desigualdades sociales, lo que el gobierno bolivariano parece haber al contrario promovido en 14 años es la aparición de un nuevo sector privilegiado, al que la población suele llamar “la boliburguesía”.
“Es por ello que me llama la atención que un medio independiente y crítico como Servindi, haga eco de un cargamontón, organizado por el gobierno del señor Maduro y retransmitido por una izquierda cada vez menos creíble, en favor de un régimen que pretende erigirse en referente de quienes anhelamos un mundo diferente al que nos ofrece el pensamiento único del capitalismo (liberal o estatista).”
Es por ello que me llama la atención que un medio independiente y crítico como Servindi, haga eco de un cargamontón, organizado por el gobierno del señor Maduro y retransmitido por una izquierda cada vez menos creíble, en favor de un régimen que pretende erigirse en referente de quienes anhelamos un mundo diferente al que nos ofrece el pensamiento único del capitalismo (liberal o estatista).
El señor Pérez Esquivel exhibe como prueba de verdad y de razón, el apoyo que Maduro ha obtenido en diferentes instancias supra-nacionales latinoamericanas: CELAC, UNASUR, ALBA. Personalmente, confieso que ya no me extraña esta conjunción de opiniones de gobiernos en apariencia tan disímiles como los de Bolivia, Ecuador y Cuba (los que parece son de izquierda) con los de Colombia, Paraguay y Perú (que son, por consenso, de derecha). Hacen todos una bonita familia al lado de los mandatarios de centro-izquierda (o centro-derecha, uno ya no sabe dónde ubicarlos) de Brasil, Argentina y Chile. Esas coincidencias no representan en absoluto los intereses de sus pueblos, sino que responden a la conjunción de intereses geopolíticos, que se expresan en proyectos ultra-liberales como el Mercosur y el IIRSA.
Finalmente, no se necesita ser Premio Nobel de la Paz para ser creíble. Ese título también lo ostentan varios presidentes norteamericanos, entre ellos Marshall, Carter y el propio Obama. Como tampoco ser de izquierda es hoy una garantía para apostar por los derechos humanos y por los derechos de la naturaleza, en tanto que principios universales que están por encima de lógicas de poder, de filiaciones políticas o de convicciones ideológicas.
Ps: Le sugiero ver el documental “Nuestro petróleo y otros cuentos” que nos muestra, desde una perspectiva crítica de izquierda, los desencuentros entre la población venezolana y la política gubernamental que ya había comenzado a gestarse desde el año 2004.
Nota:
(1) Servindi: Premio Nobel de la Paz invoca apoyar el Plan de Paz y Convivencia en Venezuela, ver en: http://servindi.org/actualidad/101845.
(2) Ver en: http://periodicoellibertario.blogspot.fr/2014/02/videos-guardia-nacional-bolivariana-su.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario